viernes, 4 de noviembre de 2011

VIAJE A CRACOVIA

Nos despertamos muy temprano para coger el vuelo de las 6:30, a parte del grupo se le pegan las sabanas y llegan por los pelos, eso sí por suerte para ellos les tienen reservados dos asientos cerca de la cabina, aunque se pierde la marcha del resto del grupo.
El trayecto al aeropuerto de Cracovia duró tres horas y nos dirigimos a salidas donde nos estaban esperando Luqa y su furgón para llevarnos a Auschwitz , fue una buena idea contratar con Marga la guia de Cracovia el servicio, si no no hubiéramos podido ver tantas cosas en un solo día, así que todos juntos y con un poco de cachondeo queriendo conocer a Marga la guia de Cracovia nos desplazamos a los campos de concentración que más tarde se transformaron en exterminio, pero esta historia hay que sentirla visitando el lugar, sobre esta historia ya se ha escrito bastante y yo no soy el mejor interlocutor, solamente deciros que el buen Luqa nos consiguió las entradas y se quedó esperando para que con una guia de lengua castellana nos guiara por los dos campos “El trabajo os hará libres” reza en la entrada, que ironía.
Después de visitar los campo Luqa nos estaba esperando en la salida para no perder tiempo y llevarnos a comer cerca del las minas de sal, en poco más de una hora estábamos sentados en un estupendo restaurante recomendado por Marga donde nos había hecho la reserva, todo un acierto por su situación, calidad y precio, he de decir que hoy por hoy Cracovia es más económica que Alicante así que pudimos disfrutar con un 30 % de descuento, que dure.
Luqa se había encargado de conseguirnos las entradas para las minas de sal y una interprete en castellano, durante varios kilómetros disfrutamos entre túneles excavados a varios cientos de metros de profundidad con muchos puntos de interés para poder hacer ameno los tres kilómetros bajo tierra que estuvimos andando, por destacar la catedral y los lagos de sal, pero todo era muy impresionante, merece la pena visitarlas.
Como siempre estaba Luqa esperando con su sonrisa para llevarnos al hotel y terminar su jornada de trabajo pero no la nuestra que ya eran las 20:30 y teníamos que salir a cenar y tomar unas copas por el barrio judío sitio de marcha para la gente joven de Cracovia.
Una vez que estas en el barrio judío que mejor que cenar en un restaurante judío, así que nos lanzamos a hablar en nuestro perfecto polaco con el maitre que era muy simpático y entendía inglés que sino íbamos a cenar, como el restaurante de la mañana éste también nos gustó bastante, perdonad que no de nombres pero es que no me acuerdo, pero yo creo que los restaurantes los descubre el viajero con su instinto y mirando la carta de precios.
La noche siguió con la visita a los transitados Pubs del barrio, hay para todos los gustos, pero nos habíamos despertado un poco pronto y después de unos vodkas nos fuimos al hotel que estaba a unos cinco minutos.
A la mañana siguiente mis compis se quedaron durmiendo, pero yo como siempre me desperté para hacer una visita por la ciudad cuando no hay nadie y se ven las plazas sin gente para poder realizar esas fotos de la ciudad al amanecer, después de una hora y media paseando tocaba un buen desayuno con los dormilones, el desayuno estaba completo y así cogimos fuerzas para poder recorrernos todo el casco antiguo de Cracovia.
No os podéis perder la plaza del mercado, la calle real, la catedral , el mercado de paños donde se pueden comprar los regalos para los que no han podido acompañarnos, el castillo, el dragón de fuego , las vistas del río Vístula y otra calles cercanas a la gran plaza, la universidad…
Después de varias horas de patear la ciudad nos fuimos a la calle donde habían vivido Juan Pablo II y Copérnico, una de las calles más pintorescas de la ciudad con su librería café donde degustar y leer al mismo tiempo, si sabes polaco sino te dedicas a observar.
En esta misma calle puedes disfrutar de varios y muy bonitos restaurantes con sus terrazas interiores para el verano.
Después de comer y realizar una breve visita la hotel que nos quedaba de paso nos fuimos a visitar el barrio judío y los puntos de interés donde se grabo la película de Spielberg “La lista Schindler”, todo se ha conservado en buenas condiciones, donde el recuerdo debe perdurar para que estos acontecimientos no vuelvan a ocurrir, entre estos puntos destacar la calle donde se realizo el desalojo de los judíos, la plaza donde se separaban para enviarlos al campo de concentración y como no la fábrica de Schindler que se conserva como museo de la historia acontecida .
Después de esta visita estábamos muertos de cansancio y cogimos uno de muchos tranvías que discurren por la ciudad, por tan solo 50 céntimos, para ir a centro a cenar pero antes había que visitar H&M (Hombres y Mujeres).
Después de cenar nos invitaron a un concierto donde nos pasó algo curioso pero esto lo dejo que lo cuente Juan Carlos.
“Estábamos tranquilamente tomándonos una copa cuando de repente nos llegan las camareras llorando y apresuradamente nos piden ayuda urgente. Necesitaban hombres fuertes...
Anteriormente habíamos subido al piso superior al que nos encontrábamos para ir al aseo. Era un último piso y en el rellano de este había unos 40 tablones de madera de DM de unos 2x3m. La barandilla de éste llegaba a la pared, los tablones no cabían en el suelo y estaban de canto apoyados en la pared de enfrente de la barandilla.
Es curioso, que en situaciones límites, hay varios tipos de personas:
de sangre caliente, de sangre fría, los que van por morbo, y el negro...
Cuando subimos acompañando a las camareras, nos encontramos a un tío entre la pared del fondo y aprisionado por los tablones, estos habían volcado y afiances a saltar al vació se apoyaban en la barandilla ya vencida, el tío estaba en el aire, si caían los tablones, él también caería y ...
Cuando llegamos, habían unos 15 tíos tratando de devolver los tablones a la pared, Antonio logró ponerse en primera línea y ayudar a levantarlos para volver a ponerlos en su sitio, una fuerza descomunal se apoderó de él y marcó el ritmo y la coordinación para llevar su fin a efecto. Manolo y yo no podíamos hacer nada, habían dos filas de tios sin pensar y levantando los paneles, llegó un momento que tan pronto volvían a poner los tablones en su sitio, estos vencían y volvían a la situación de peligro...
Por su parte Manolo se hizo un hueco en la zona media que estaba desprovista de efectivos, prácticamente él solo tenía que apoderarse y manipular los tablones con una destreza inusual a la par que espectacular.
Tomé la decisión de cambiar de estrategia, asumir el mando que no existía, poner orden y concierto en esa lógica caótica y sacar los tablones al rellano que había entre pisos, poco a poco conseguimos que no hubieran tantos tablones y cuando quedaban pocos el tío se desencarcelo y volvió al rellano, y por el hueco que quedaba entre los tablones, la barandilla vencida y el suelo, logró salir...lo llevaron al hospital...
El Negro por su parte hizo caso omiso a las suplicas de ayuda de las camareras y guapo él, siguió con su novia disfrutando de su cubata y de sus besos de tornillo...
Al parecer también había otro tío más en peligro, encarcelado bajo los tablones, pero que no vimos, y que Antonio noto cuando estaba en plena faena...
Finalmente nos encontramos volviendo a tomar nuestro ya merecido cubata, disfrutando de nuestra última noche y con el negro como telón de fondo...”
Para un día era suficiente así que a dormir
Al siguiente día era para descansar y esperar que nos recogiera el furgón de Marga para llevarnos al aeropuerto.
Nota: tanto las excursiones como el regreso de vuelta al aeropuerto nos salio por 400 euros para los seis con las entradas y guías incluidos.